En ella se puede ver como un grupo de personas se van transformando a partir de la convivencia, el trabajo corporal y vocal. Es una película con mensajes claros, fuertes, precisos en torno a lo que es la religiosidad y la espiritualidad, la música y las otras formas de encuentro con la parte espiritual del ser humano.
Fue candidata a Oscar a la mejor película extranjera en 2015.

Merece la pena que al menos echéis un vistazo del minuto 27:06, al 38:44, veréis cómo os va  a resultar familiar lo que muestran estas escenas.

Y también aquí tenéis un video actual y “modernito” de Justin Bieber, en el que se puede ver con mucha claridad cómo es una coreografía creada en su totalidad desde una cualidad de movimientos laríngeos: Limpieza de movimientos, control, organización, técnica, forma, etc.

La música folk de Canadá bebe de muchas culturas y estilos, pero uno de los más curiosos y llamativos es el Katajjaq.

El Katajjaq es un canto y práctica propio de los pueblos inuit, donde predominan los sonidos guturales, difónicos y lúdicos.

Este tipo de cántico ha sido perfeccionado por las mujeres inuit a lo largo de los años, debido principalmente a que los hombres se les relegó la tarea de la caza. El Katajjaq no solo tiene la función de entretener, como cualquier canción, sino que se ha convertido en un juego competitivo. Éste consiste en dos participantes, normalmente mujeres, las cuales cara a cara deben comenzar a realizar estos sonidos de garganta y aguantar más que su oponente. El primero que se ría o le falte el aliento, pierde.

Ha tenido tal repercusión en Canadá, que la provincia de Quebec en 2016 lo consideró el primer bien cultural e inmaterial de la provincia.